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lunes, 10 de junio de 2013

Consumo Cultural

¿consumo de drogas, consumo cultural?
 
Por: Mario Domínguez García
 

A partir de la sesión sobre "identidad, etnicidad, consumo cultural y el gusto", expuesta por el Mtro. Juris Tipa, tomo como pretexto la noción de consumo cultural propuesta por Nestor García Canclini, para continuar con la discusión y hacer una pequeña reflexión en torno a la consideración de operar análiticamente este concepto en el tema de investigación sobre el uso de drogas en los jóvenes.

Antes, me parece que es necesario traer a la discusión la conceptualización de cultura de este mismo autor, en la que señala, que habría que aspirar a una definición de cultura que tenga fuerza explicativa, sin que se pierda de vista la pluralidad y la diversidad del concepto. Como estrategia sugiere adoptar la misma actitud que tomamos con nuestros informantes en el trabajo de campo, al escuchar las diferentes versiones sobre los mismos procesos sociales para darles la misma importancia a unos y a otros.


Después de discutir las diferentes narrativas sobre lo que es cultura, llega a su propia definición, no sin antes señalar que desde su punto de vista existen dos grandes posturas. Una, la que se refiere al uso cotidiano de la palabra para hablar de educación, ilustración, refinamiento e información vasta, que naturaliza la división entre lo corporal y lo mental; entre lo material y espiritual, naturalizando la división del trabajo entre las clases y grupos sociales. La otra menciona, que surge con la intención de atribuirle un conjunto de usos científicos al concepto, para separarla de otros referentes y en oposición, es decir, las dicotomías de naturaleza-cultura y sociedad-cultura.


En contrapartida, destaca que el valor signo y el valor símbolo (Jean Baurdrillard), vienen a darle un valor distinto a los objetos. Cuando el objeto tiene un valor signo, puede ser intercambiable con otros productos o bienes y le dan prestigio al poseedor del mismo. El valor símbolo está más ligado a los rituales (un regalo por ejemplo), que se da como cualquier don, pero que está cargado de un valor simbólico y que es diferente al valor signo.


En su primer intento por definir cultura, lo hace de manera operativa y compartida con otras distintas disciplinas: “La cultura abarca el conjunto de procesos sociales de producción, circulación y consumo de la significación en la vida social”. Pero no es simplemente un conjunto de cosas u objetos, incluso cargados de signos y símbolos, a lo que se refiere este concepto de cultura, es a que se crea a partir de procesos sociales, es decir, se produce, circula y se consume en la historia social.


Después se plantea la necesidad de una definición sociosemiótica que abarque los procesos de producción, circulación y consumo de la significación en la vida social. Para ello encuentra cuatro vertientes: la primera que entiende a la cultura como la instancia en la que cada grupo organiza su identidad. La siguiente corriente define cultura como una instancia simbólica de la producción y reproducción de la sociedad y señala que en todos los comportamientos están entrelazados la cultura y la sociedad, lo material y lo simbólico. Una tercera corriente define a la cultura como una instancia de conformación del consenso y la hegemonía, o sea es la configuración de la cultura política y de la legitimidad. La última línea se refiere a la cultura como dramatización eufemizada de los conflictos sociales, como si fuera un escenario, un teatro o una representación.


Todo este pasaje por las definiciones de la cultura, para concluir con su definición: “un conjunto de procesos a través de los cuales dos o más grupos representan e intuyen imaginariamente lo social, conciben y gestionan las relaciones con otros, o sea las diferencias, ordenan su dispersión y su inconmensurabilidad mediante una delimitación que fluctúa entre el orden que hace posible el funcionamiento de la sociedad, las zonas de disputa (local y global) y los actores que la abren a lo posible”.


El concepto de consumo cultural de García Canclini queda inmerso en esta definición de cultura y lo define de la siguiente manera: "como el conjunto de procesos socioculturales de apropiación y usos de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y cambio".
Entonces me parece, que es inevitable no considerar la mirada intercultural, que me obliga a considerar los intercambios transnacionales que resinifican la condición juvenil, sobre todo respecto al asunto de los consumos culturales, que cobran sentido en mi tema de investigación, si consideramos que el consumo de drogas, puede ser parte de los ejes articuladores de un estilo de vida y de su identidad. Si además consideramos las prácticas de ocio y los espacios de socialidad, en donde los jóvenes en general y los usuarios de drogas en particular, encuentra una dimensión simbólica cultural de su vida social y de sus consumos, cuales queira que estos sean, la propuesta cobra aún más sentido, pues abre un panorama distinto para abordar el estudio de los consumos de drogas en los jóvenes, en el que probablemente la noción de consumo cultural, aportaría otra mirada para entender el significado que tienen estas y otras prácticas en su vida cotidiana.

García Canclini piensa que el entrenamiento antropológico para trabajar con situaciones interculturales proporciona instrumentos valiosos para hacer visible lo que sucede bajo el predominio actual de la producción industrial y la circulación masiva, transnacional de los bienes y mensajes culturales.


Bibliografía

García-Canclini N. (1993).El consumo cultural y su estudio en México: una propuesta teórica. En: El Consumo Cultural en México. México, CNCA/Grijalvo.

García Canclini, Néstor (2004). Diferentes, Desiguales y Desconectados. Mapas de interculturalidad, Gedisa, Barcelona, pp. 13-43.



2 comentarios:

  1. creo que el consumo cultural que propone García Canclini y que reflexionas para tu tema de investigación es una propuesta que abre nuevas formas de análisis para lo que las y los jóvenes expresan en su vida diaria. Me parece fundamental que al decir que "representan e intuyen imaginariamente lo social" los sujetos introducen a sus imaginarios nuevas particularidades para significarse. Como el caso de las jóvenes de Tepepan ellas salen a estudiar o a participar es diferentes grupos de danzas "los chinelos" una costumbre ancestral, en sus trajes especialmente en la capa imprimem imágenes de personajes de caricaturas, de un cantante , o hasta o la Virgen de Guadalupe o San Judas Tadeo. Donde mezclan su identidad de la nación mexicana, su identidad de Tepepan, con los gustos musicales o de tv. La propuesta que presentas me va permitir acercarme al sentido de los jóvenes con su acceso a la sociedad globalizada y su propia identidad originaria, en la manera en que se apropian de objetos, símbolos y significados por medio de las relaciones socio-culturales propias y ajenas.

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  2. En una reflexión que surge de inquietudes muy personales, primeramente como habitante de la Delegación Iztacalco y en un segundo momento en relación a mi tema de investigación; hice el intento por analizar el consumo cultural en la demarcación desde el género y la generación. Me encuentro que en la delegación Iztacalco la oferta cultural se encuentra en las fiestas tradicionales de los barrios en donde las y los habitantes participan colectivamente en la vida cultural(como en lo menciona Desirée en su comentario),pero también existen diversos recintos donde se imparten actividades y se realizan eventos culturales y recreativos que las personas pueden elegir de manera individual según sus gusto y necesidades, a través de mi análisis noto que en la delegación Iztacalco hacen falta espacios y propuestas culturales novedosas e inclusivas, en donde se genere un ambiente de igualdad de oportunidades y de acceso a la oferta cultural, logrando así la participación equitativa en la vida cultural local. El certamen de belleza es uno de los pocos, pero muy pocos espacios en donde las chicas pueden participar en el ámbito público; en la delegación la participación social de las mujeres jóvenes es limitada y poco promovida, es importante analizar desde la perspectiva de género los espacios que se generan para la participación de las y los jóvenes.

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